31 de mayo de 2008

los cartagineses y el inter de milan


En esta época exenta de fanático patriotismo, por suerte,  hablar de entrar en guerra con otros países parece algo marciano. Pero como sabéis, hace bien poco que las situaciones bélicas dejaron de ser algo general, para pasar a ser algo lejano que leemos en el periódico o vemos en la televisión.

Queda una semana para la Eurocopa, único momento con el Mundial en el que me siento mas español que el Capitán Trueno y Super Ñ juntos. Me explico, yo creo que en esta situación en la que vivimos con aparente paz tiene algo que ver el fútbol. Esa sensación de patriotismo desmesurado que se vivía antiguamente venciendo en batallas como Lepanto y cayendo derrotados en otras como en Rocroy, la gente la revive actualmente con el fútbol y por ello se hace innecesario demostrar algo a golpe de mandoble.

Lo que da a entender que los países tienen la necesidad de pisarse los unos a los otros. Las películas bélicas no nos resulten tan lejanas al fijarnos en el fútbol: con sus banderas, sus caras pintadas de rojo y amarillo, Raul en el papel de los tercios viejos, Francia en el de enemigo malo malísimo como en la mayoría de nuestra historia, los Zarra, Marcelino y el resto de miembros del mundial del 50 y la Eurocopa del 64 en el de soldados ejemplo para la juventud y sobre todo el hecho de que todos daríamos un pie y dos dedos del otro por poder marcar de cabeza el gol definitivo para que nuestro país salga campeón del mundo, como cualquier madrileño hubiese clavado un puñal el 2 de mayo en la nuca de Napoleon.

Como toda teoría esta tambien tiene sus pequeños fallos, como que el primer mundial fuese antes de la segunda guerra mundial y de la guerra civil. Pero aun así, tenemos que reconocer que de esto ya hace mucho tiempo y que actualmente solo entran en guerra los yankis, que como sabéis, son poco aficionados al fútbol.

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