17 de febrero de 2008

deporte olimpico


Un dia mas de Enrique y sus gilipolleces. Hoy toca hablar del "juego de las sillas " todo un clasico que acompañaba a las piñatas y las carreras de saco en los buenos cumpleaños.El juego como bien sabeis consitia en que hubiese menos sillas que personas ,siendo eliminado aquel que al terminar de sonar la musica no encontrara acomodo para su ojete.
Bueno pues ahora desde la distancia ,la madurez y la responsabilidad de mi cargo como presidente del senado , me resulta gracioso recordar como los niños se concentraban en este juego , como sudaban la camiseta con trampas rastreras como rozar con el culo la silla o empujar al compañero , esas caras de concentracion que ni en la batalla de Waterloo y esa alegria interior a medida que los rivales iban cayendo. Al final uno se hacia con la ansiada victoria y era la reencarnacion de Julio Cesar durante decimas de segundo, que pronto se desvanecian volviendo el marginado a su rincon, el chulito a levantar faldas y el niño- friki a su busqueda de saltamontes y escarabajos peloteros.

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